era la hora del patio, me sente sola, al lado de la clase, mientras que toda la gente salia gritando y feliz, con sus amigos, para mi sorpresa, cuando todos ya se habian marchado, el seguia ahi, delante de mi recto mirando al techo, yo seguía con la cabeza entre las piernas sentada en el suelo, como siempre.
-¿por que lo hiciste?-pregunte en bajo
-¿el que?- parecía tan frió e intocable
-lo de encararte a la profesora
-ah, simplemente quería ver hasta donde llegaba mi convicción y si podía, manejar la a mi antojo-no me miro en ningún momento, su voz era tan perfectamente fria y profunda que un escalofrió recorrió mi cuerpo
el silencio se apodero de mimente, no lo pensaba romper en ningun momento, no queria que se rompiera
-¿sabes que eres?-pregunto, se habia agachado y su miraba pretendía encontrarse con la mia, seguía sin acercarse me
-su...supongo que soy yo y ya esta...-su pregunta me desconcertó totalmente
-comprendo, tu eres tu...- parecía tener un deje decepcionado en su voz, y me cogió del pelo, con mas suavidad de la que se podía esperar de el, he hizo que le mirara a los ojos, aquellos ojos, mirados tan desde cerca, profundos ojos dorados, y inquebrantables, que no permitían desenmascarar lo que pensaba o sentía aquel hermoso joven.
-aprecio tu silencio, espero que esto no te lleve ha hablar- me soltó del pelo, y se fue con su grácil paso, lo vi recorrer el pasillo y cruzar.
después de aquello volvió a pasar lentamente los días de enero.
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